PRESENTACIÓN LIBRO DE
AMORINA BURGENIK
AMORINA BURGENIK
Este primer libro de Amorina Burgenik, líder del Ministerio Para Personas con Capacidades Diferentes de la Iglesia Comunidad Vida Nueva, de Buenos Aires, Argentina, sierva del Señor, trata acerca de quienes son la principal motivación de su ministerio: las personas con discapacidad o, como ella nos enseña a nombrar, las personas con capacidades diferentes. Su intención es conmover nuestro corazón y movernos a misericordia por aquellos que padecen un grave impedimento sensorial, como ceguera o sordera; dificultades de la movilidad, en el caso de las personas con diversas parálisis y trastornos motores; déficit intelectual como las que nacen con un retraso mental, síndrome de Down, autismo, con daño intelectual o que se encuentran perturbados mentalmente por alguna enfermedad psiquiátrica; y las numerosas formas que toma la discapacidad, tales como el mal de Alzheimer, la esquizofrenia, las fobias, los trastornos del pánico y de ansiedad, etc.
Todas estas personas son fuertemente rechazadas y aisladas de la sociedad, relegadas a instituciones y en ocasiones, excluidas aún de sus familias. Lamentablemente muchas veces la Iglesia hace otro tanto, no considerándolas en sus planes de evangelización, discipulado y servicio. Parece que en contra de ellos hay una "discapacidad" mayor, la de nuestros corazones.
Está dirigido el texto tanto a las familias de los que portan la discapacidad como a todos los cristianos que pueden transformarse en evangelizadores y servidores de aquellos hermanos discapacitados que con grandes dificultades participan en la Iglesia. Con gran amor pero firmeza, la autora toca la conciencia del lector y acusa nuestra insensibilidad y falta de preparación para integrarles activamente en la vida eclesial.
Está dirigido el texto tanto a las familias de los que portan la discapacidad como a todos los cristianos que pueden transformarse en evangelizadores y servidores de aquellos hermanos discapacitados que con grandes dificultades participan en la Iglesia. Con gran amor pero firmeza, la autora toca la conciencia del lector y acusa nuestra insensibilidad y falta de preparación para integrarles activamente en la vida eclesial.
Conmueve el testimonio personal de su llamado a no abandonar el país para evangelizar tierras lejanas, sino quedarse con aquellos que están cerca pero muy lejos debido a su discapacidad y son los menos alcanzados, el país de las personas con discapacidad, un pueblo que no ve, que no escucha, que se mueve con dificultad, que a veces no comprende como el común de las personas, pero que tiene sed y hambre del Evangelio.
Es un libro entretenido y de lenguaje ágil, que nos enseña quienes son estas personas y como debemos prepararnos, estudiar y capacitarnos para llegar a ellas. "Así como no se nos ocurriría ir a predicar a Arabia sin saber árabe -argumenta la hermana Amorina-, si vamos a ingresar al mundo de la discapacidad, debemos zambullirnos en sus costumbres y por sobre todas las cosas, tratar de pensar como ellos."
La hermana Burgenik, reune útil información para cada edad en el desarrollo de los niños con necesidades especiales; habla de las etapas por las que pasa la familia en su enfrentamiento del déficit, antes de llegar a la aceptación y enfatiza que "Si deseamos llegar a ellos debemos desechar la lástima." Quien desee ayudar efectivamente en su desarrollo e integración social a una persona con discapacidad, tendrá que madurar en su amor desde toda forma de rechazo o sobreprotección hacia un concepto de servicio auténticamente cristiano.
Contiene el libro interesantes datos y sugerencias prácticas para ayudar a los distintos tipos de discapacidad: nos enseña como el templo debe estar preparado para recibirlos; la importancia de contar en la iglesia con una biblioteca parlante; la necesidad de involucrar al resto de la congregación en esta cruzada de inserción de los hermanos diferentes; da ideas de cómo la iglesia puede ayudar a los centros de atención de discapacitados que hay en la ciudad, ofreciendo distintos servicios en ocasiones especiales; como la escuela dominical debe estar preparada para recibir niños en sillas de ruedas, por lo cual habrá que hacer adecuaciones como construir un sanitario para ellos y rampas para que el acceso sea sin dificultades; etc. Nos resulta novedoso el sistema de evangelización con la presentación de cinco colores que ella propone para las personas con trastornos de visión.
Contiene explicaciones sencillas sobre sus causas y clasificación, las consecuencias sicológicas y en el comportamiento. No es un cesudo libro técnico, sino un práctico manual introductorio a la problemática de la discapacidad, dirigido especialmente a los cristianos que deseen evangelizar y servir a las personas con discapacidad. Al hermano que en otras latitudes se interese en levantar una obra de este tipo, ella anima pero advierte que "éste no es un ministerio exitoso en número y fama."
Si al terminar de leer este libro usted decide ser ojos para los ciegos, voz de los que no pueden hablar, oidos de los que no escuchan o pies para los que no pueden caminar; recibirá de parte de Dios toda la unción para llevar a cabo esa misión y este texto podrá ser un excelente manual para cumplirla.
Si al término de su lectura usted toma sobre sí el llamado del Señor de ser el buen samaritano de aquel que ha sido herido por la discapacidad y despreciado por otros, usted no sólo estará obedeciendo al mandato del Señor Jesucristo al preguntar al maestro de la ley: "¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?" Recuerde que este respondió: "El que usó de misericordia con él." Y entonces Jesús le dijo: "Ve, y haz tú lo mismo". Si usted decide hacerlo así, se habrá cumplido el propósito de este libro.
Pero también el ejemplo y la enseñanza de la hermana Amorina Burgenik habrá dejado de ser ese bello slogan "La gente con discapacidad... ¡también puede conocer a Jesus!" para transformarse en verdadero rhema, palabra de Dios vivida con poder.
Iván Tapia Contardo
Especialista en Educación de Ciegos
Fundador del Ministerio del Buen Samaritano
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