PROCESO DE EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DEL CIEGO.

 
 
Iván Tapia Contardo
Especialista en Educación de Ciegos (U.Ch.)

 

1.      EDUCACIÓN DEL CIEGO.

En la educación de una persona ciega se siguen ciertas etapas, las cuales van a depender de sus capacidades e intereses, de su grado de limitación visual, de las características de su persona y entorno, como de una serie de variables bío-sico-sociales. Hemos confeccionado, para una mejor comprensión y aplicación de los procedimientos, un modelo de acción que llamamos Modelo PEC (Proceso de Educación del Ciego). Este esquema es aplicable tanto en una escuela especial de ciegos, en una unidad o centro de integración como en la escuela común, instancias en las cuales el escolar ciego puede vivir su proceso educativo. El régimen es netamente escolar y, por tanto, es tratado como "alumno".  

Las etapas de tal proceso, como en todo modelo de acción educativa, son básicamente tres: diagnóstico, tratamiento y evaluación. En todos estos pasos es el profesor especialista en educación de ciegos quien casi siempre guía el proceso.
 

I ETAPA: DIAGNÓSTICO.

Está referida al conocimiento que necesitamos tener del alumno, antes de aplicar cualquier acción remedial. Es preciso que sepamos las causas de su ceguera, el grado de remanente visual si lo hay, si su trastorno visual es progresivo o estacionario, etc, datos que nos permitirán orientar el aprendizaje de la lectura y escritura, por ejemplo. Por tanto es imprescindible el diagnóstico del oftalmólogo 

Otro profesional que aporta interesantes antecedentes a la acción del profesor especialista, es el psicólogo, el cual medirá sus capacidades intelectuales en los aspectos verbales, lógico y manual, entregándonos un coeficiente de inteligencia, como también podrá informarnos sobre la presencia de trastornos emocionales.  

Si el niño o joven es un ciego reciente y ha tenido una escolaridad son necesarios todos los informes que profesores y psicopedagogos puedan hacernos llegar. Al ingresar el ciego al proceso debe ser sometido a un completo Diagnóstico Psicopedagógico por parte del Especialista en Educación de Ciegos, en los aspectos sensorial, motriz y cognitivo. 

En el aspecto psicomotriz, la evaluación de un kinesiólogo y/o de un terapeuta ocupacional será de gran utilidad, sobre todo si se aprecian en el alumno visibles problemas motores. Lo mismo en el área de lenguaje, favorecerá la presencia del fonoaudiólogo. La asistente social nos ayudará con la anamnesis, la entrevista familiar, a enfocar adecuadamente el programa de Orientación Familiar y la participación de los padres en el proceso educativo. 

La participación de estos profesionales puede darse a través de la recopilación de informes escritos por parte del profesor especialista y haciendo éste su propia visión del caso, para luego determinar estrategias de intervención y elaborar un tratamiento; o producto de un trabajo conjunto con otros profesionales. En este último, el diagnóstico multiprofesional, varios profesionales asisten a una reunión clínica en la que cada uno, después de haber examinado al niño o joven, entregan su punto de vista y proponen líneas de acción para el tratamiento. En el llamado diagnóstico diferencial los profesionales unifican criterios y dan un solo diagnóstico global del caso, proponiendo además un tratamiento.  

II ETAPA: TRATAMIENTO.

El tratamiento está centrado en lo educacional, sin perjuicio que el alumno pueda recibir paralelamente atención psicológica, fonoaudiológica o en algún aspecto que se encuentre afectado, como psicoterapia o psicomotricidad. El desarrollo de este tratamiento va a depender de la edad de la persona y del momento en que ha adquirido la ceguera.  

En el caso de los bebés la atención ha de centrarse en la familia a través de un programa de Estimulación Temprana. Su propósito es habilitar a sus padres para favorecer el normal desarrollo del niño en las áreas motora, social, lenguaje, sensorial, afectiva, cognitiva, etc. Para esto deberán recibir un programa de Orientación Familiar, en conjunto con otros padres en las mismas condiciones, de modo que se dé una interacción entre los que han superado la difícil experiencia de tener un hijo ciego y los que la están viviendo recién. Es muy favorable además que los profesionales visiten el hogar, a fin de observar el entorno social y físico para dar sugerencias de adecuaciones, juguetes, actividades lúdicas y de aprendizaje, como formas de estimulación sensorial. 

Frente al tratamiento de niños mayores se presentan dos opciones: la Educación Segregada y la Educación Integrada. La primera es aquella que se entrega en establecimientos destinados exclusivamente a personas ciegas, a la manera de una escuela común, en la que el niño cursa su educación Pre-Básica (3 a 5 años de edad) y Básica en contacto sólo con niños discapacitados visuales. Aún existe este tipo de Escuelas de Ciegos, algunas con régimen de internado, centradas en dar la más óptima atención al escolar ciego pero apartándolo del medio normal para educarlo en un "mundo de ciegos con ciegos". No discutiremos en este capítulo la validez de esta modalidad, pero si la justificaremos para el caso de niños con trastornos severos agregados, como deficiencia mental o sordera, las llamadas deficiencias múltiples. 

La Educación Integrada es aquella que se da en el aula común junto a personas normovisuales, con asesoría especializada externa e interna. Abarca desde la Enseñanza Pre-Básica hasta la Educación de Adultos, pasando por la Educación Superior. Contempla tres etapas: Transición, Nivelación e Integración.  

a)      La etapa de Transición se denomina así porque es el momento de tránsito entre la vida protegida en el hogar y la incorporación en la escuela común. El niño o joven ciego asiste a un Centro o Unidad de Integración para recibir una preparación emocional y cognitiva, además de todas aquellas técnicas de Instrumentación Básicas requeridas para su autonomía escolar (Sistema Braille, Ábaco, Orientación y Movilidad, etc.) 

b)      La etapa de Nivelación se propone entregar una preparación pedagógica al escolar ciego, que lo nivele en conocimientos y conductas de entrada que son prerequisitos para su ingreso al colegio donde será integrado. 

c)      La etapa de Integración es aquella en que el alumno ciego asiste a la escuela común, con asesoría eventual de un profesor itinerante que visita el establecimiento y asistiendo en jornada alterna al Centro de Integración de Ciegos, cuando fuese necesario, para Apoyo Pedagógico en asignaturas de dificultad, Orientación Personal y Vocacional, etc. 

Evidentemente este proceso no es rígido y se procede en forma específica para cada caso en particular; un individuo puede ser integrado desde pequeño o en alguna etapa del proceso educativo. 

III ETAPA: EVALUACIÓN.

La Evaluación del proceso debe ser permanente y dentro de lo posible multiprofesional. Siempre es imprescindible la Evaluación Psicopedagógica aplicada por el Especialista en Educación de Ciegos tanto formal como informal, a través de la observación. Esta evaluación debe estar referida principalmente a: a) Examen Sensorial, desarrollo sensorial y uso de los sentidos vicariantes; b) Examen de Orientación Personal, modo en que la persona está enfrentando su ceguera; c) Examen de Lectura y Escritura Braille; d) Examen de Ábaco; e) Examen de Orientación y Movilidad con Bastón; f) Examen de Integración, pauta de observación que permite evaluar el nivel de integración social, emocional y pedagógica del escolar ciego.  

Otras evaluaciones muy necesarias son la Psicológica y la Social. La Evaluación Psicológica juega un papel importantísimo a la hora de incorporar un niño a la escuela común, como también en la adolescencia, cuando éste vive cambios sustanciales en su ser bío-sico-social. La Evaluación Social es imprescindible para orientar la entrega de ayudas materiales, sin dañar el proceso de autonomía de la persona ciega y para entregar un programa de Orientación Familiar acorde a la realidad del entorno.
 

CUESTIONARIO.

1.      ¿En qué tipo de establecimiento se desarrolla y a qué sujetos se aplica el Modelo PEC?
2.      ¿Qué profesional guía el proceso educativo del ciego?
3.      ¿Qué aspectos debemos considerar en el diagnóstico oftalmológico del alumno ciego?
4.      ¿Cuál es el aporte del psicólogo en la etapa de diagnóstico?
5.      ¿Qué pruebas debe aplicar el especialista en educación de ciegos o psicopedagogo tanto para el diagnóstico como para la evaluación educacional?
6.      ¿Cuál es el rol del kinesiólogo, el terapeuta ocupacional, el fonoaudiólogo y el asistente social en el proceso educativo, tanto en sus etapas de diagnóstico y tratamiento, como de evaluación?
7.      ¿Cuáles son las características del diagnóstico multiprofesional y cómo se diferencia del diagnóstico diferencial?
8.      ¿Cuáles son las variables determinantes del tratamiento a aplicar en el escolar ciego?
9.      ¿Qué propósitos tiene el programa de Estimulación Temprana?
10.  ¿Cuáles deberían ser las características de un buen programa de Orientación Familiar?
11.  ¿Qué diferencias se distinguen en cuanto a método entre la Educación Segregada y la Educación Integrada?
12.  Según el autor ¿en qué casos se justifica la Educación Segregada?
13.  ¿Qué se entiende por Educación Integrada?
14.  Caracterice cada una de las tres etapas de la Educación Integrada.
15.  ¿Qué papel cumple el profesor itinerante?

 

2.      REHABILITACIÓN DEL CIEGO.

El proceso de rehabilitación de una persona que adquiere la ceguera o que proviene de un proceso educativo, se desarrolla bajo el Modelo P.R.C.  

Las etapas del proceso de rehabilitación son tres, al igual que en el proceso anterior, pero con unos propósitos diferentes:
·         Diagnóstico.
·         Tratamiento.
·         Evaluación.  

El Diagnóstico siempre será el primer paso del proceso, al ingresar un sujeto ciego a un Centro de Rehabilitación. En esta etapa intervienen distintos profesionales, que  evalúan a la persona ciega cada uno de ellos por separado. Luego de una reunión clínica o estudio del caso, elaboran un Diagnóstico Diferenciado. 

En esta etapa intervienen los siguientes profesionales:
·         Médico oftalmólogo.
·         Médico general.
·         Kinesiólogo.
·         Psicólogo.
·         Asistente Social.
·         Educador Diferencial. 

Las etapas de Tratamiento son:

1.      Rehabilitación médica: Oftalmológica y psicológica.
2.      Rehabilitación funcional: Orientación y movilidad, actividades de la vida diaria, sistema braille, ábaco, computación.
3.      Exploración y orientación vocacional: Multitalleres.
4.      Capacitación laboral: Talleres o terreno.
5.      Colocación laboral y seguimiento. 

La Evaluación se hace principalmente a tres niveles:
·         Evaluación Psicológica (aceptación del déficit, emocionalidad, psicometría)
·         Evaluación Funcional (orientación y movilidad, Braille y comunicaciones, Actividades de la Vida Diaria)
·         Evaluación Laboral.

 

TAREA.

1.      Identifique en cuál proceso se ubica el caso que usted está acompañando.
2.      Indique en qué etapa del proceso se encuentra.
3.      Señale los aspectos desarrollados y los que habría que mejorar en su caso de estudio.

LA EDUCACIÓN DIFERENCIAL.


 
ván Tapia Contardo
Especialista en Educación de Ciegos (U.Ch.)

 

·         Antecedentes generales.
·         Historia de la Educación Especial en Chile.
·         La Educación Especial o Diferencial.
·         Las necesidades educativas especiales.
 

1.       Antecedentes generales.

La Educación Especial desde sus inicios ha estado estrechamente vinculada con las ciencias de la medicina y la psicología. Desde estas perspectivas se inició el estudio y descripción de los déficits, estableciendo amplias y detalladas categorías clasificatorias, en función de la etiología, con el propósito en un principio, de “curar o corregir” la situación deficitaria o patológica (modelo bio-médico) y más tarde, basado en el enfoque psicológico, de adaptar las intervenciones a las particularidades del déficit diagnosticado y definido.  

Estos enfoques basados en una concepción determinista del desarrollo, tuvieron su mayor auge entre los años 40 y 60, época en la cual se define y forja una modalidad de atención de carácter segregador, que consistió básicamente en dar atención educativa a los niños, niñas y jóvenes con discapacidad en centros y escuelas especiales separadas de las escuelas regulares.  

Durante los años 60 del siglo XX, con la aparición del principio de Normalización y por otro lado con la emergencia y consolidación del concepto de Necesidades Educativas Especiales (NEE), en el informe Warnock de 1978, se inicia una nueva forma de entender la Educación Especial. 

En el Informe Warnock queda explícita la idea de que los fines de la educación son los mismos para todos los niños y niñas, cualesquiera sean los problemas con que se encuentren en sus procesos de desarrollo y, en consecuencia, la educación queda configurada como un continuo de esfuerzos para dar respuesta a las diversas necesidades educativas de los alumnos para que estos puedan alcanzar los fines propuestos.  

A partir de estos argumentos, en forma progresiva el objetivo de esta modalidad educativa comienza a dar un giro en el sentido que no sólo se trata de optimizar los avances en el desarrollo de la persona en función de su discapacidad, sino también y especialmente de proporcionar un conjunto de apoyos y recursos que han de implementarse en el sistema educativo regular para dar respuesta educativa adecuada y favorecedora del máximo desarrollo global.  

Este cambio de perspectiva incide en una concepción más amplia de la Educación Especial que se asocia con la acción educativa a las personas de todas las edades y en ámbitos educativos formales y no formales. Poco a poco, las visiones que consideran la Educación Especial y la Educación General como realidades separadas comenzarán a confluir entendiendo que la educación especial debe ponerse al servicio del alumnado para satisfacer sus necesidades educativas especiales, destacando su papel en el estudio y análisis de los procesos de enseñanza aprendizaje de esta población. 

La década de los 80 y sobre todo la de los 90, representan una etapa de notable madurez en la Educación Especial que se caracteriza por ir abandonando los enfoques centrados en el déficit para situarse en un marco propiamente educativo. Así pues, ubicada la Educación Especial en el ámbito de las ciencias de la educación y más específicamente con la Didáctica, desarrolla su campo de acción vinculándose con dimensiones conceptuales tales como el currículum, la organización escolar, la formación del profesorado, los modelos de enseñanza, los medios y recursos educativos, la escuela, etc. 

En este contexto surgen nuevas definiciones de discapacidad, que son producto de un análisis crítico de 20 años de trabajo a nivel mundial. Las definiciones de discapacidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han sido publicadas en la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud (conocida como CIF). La CIF contiene una actualización de las definiciones que la misma OMS publicara en 1980. En ésta época se planteaba que la discapacidad era producto exclusivo de una deficiencia en el individuo y que se traducía en una capacidad reducida de la persona para desarrollar las actividades propias de la vida en comunidad. Esta definición, implicaba estrategias de servicios de salud, educación y trabajo, entre otros, centradas en mejorar las capacidades y competencias de la persona para que enfrentase los desafíos de vivir en la sociedad. 

En la actualidad, la CIF no define la discapacidad como un problema de falta de capacidad, sino que se centra en la participación en actividades y la define como limitaciones personales y restricciones contextuales para participar en las actividades consideradas normales para otras personas de su mismo género, edad y condición social. Las estrategias de servicio que de esto se desprenden se basan en la integración y la equiparación de oportunidades, con intervenciones dirigidas tanto a la persona con discapacidad como al contexto en que esta se desenvuelve. 

2.       Historia de la Educación Especial en Chile.

En 1852 en la ciudad de Santiago, se creó la primera escuela especial para niñas y niños sordos de Latinoamérica, hecho con el que se inicia la Educación Especial en el país. 

La primera escuela especial para niños con deficiencia mental se crea con la Reforma Educacional del año 1928. Tuvieron que transcurrir cuarenta y ocho años (1976) para que se publicara el primer programa de estudio específico oficial para este tipo de discapacidad en el país. 

Desde el año 1927 hasta la década de los 60 no sólo se siguen creando escuelas especiales, sino que además, junto a los educadores empiezan otros profesionales a estudiar experimentalmente la manera de atender y solucionar adecuadamente los problemas de aprendizaje de los niños con problemas sensoriales y con deficiencia mental. 

En el ámbito de la formación de profesores, las Escuelas Normales comienzan a incorporar electivos sobre educación especial con el nombre de “Pedagogía Terapéutica”, contribuyendo así a generar una mayor conciencia de la necesidad de dar atención educativa a la población con discapacidad. 

En la década del 50 el Ministerio de Educación inició una política tendiente a lograr una mayor cobertura de atención de niños, niñas y jóvenes con deficiencia mental. Destacan algunas personalidades como el Dr. Ricardo Olea, el Profesor Juan Sandoval Carrasco y el Dr. Roberto Infante.  

A mediados de la década de los 60 se inician muchas acciones tendientes a consolidar la EE en el país. Una de ellas es la creación de carreras en el área de Educación Especial y grupos de investigación sobre la materia. Un hecho notable en esta etapa, fue la designación de una comisión para estudiar y proponer soluciones al problema de la deficiencia mental convocada en el año 1965, por el gobierno. La subcomisión encargada de los problemas legales, presidida por Don Enrique Silva Cimma, preparó un proyecto de ley a fin de otorgar protección integral a este tipo de población durante toda su vida incluyendo previsión, trabajo, educación asistencia sanitaria y asistencia legal. 

La demanda de atención asistencial por parte de los niños con problemas para aprender se dirigió principalmente a los hospitales infantiles que tenían Servicios de psiquiatría y Neurología infantil (Roberto del Río, Calvo Mackenna, el Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales y Arriarán en Santiago). El aporte de los Servicios de Psiquiatría y Neurología infantil a la educación nacional, no se limitó a los aspectos asistenciales, de diagnóstico y rehabilitación, sino también a la investigación clínica de los trastornos específicos del aprendizaje, la disfunción cerebral mínima, la dislexia específica, la epilepsia y el retardo mental. 

En 1975 se crearon los Centros de Diagnóstico Psicopedagógico. 

En este período fue la creación de cursos de post títulos para formar profesores especialistas dirigidos a maestros normalistas, que estaban en ejercicio docente. Es así como en 1964, la Universidad de Chile, siendo su rector era Eugenio González, crea el centro de formación de especialistas en Deficiencia Mental, y más tarde, en 1966 y 1970 respectivamente se abre el pos-título en audición y lenguaje y Trastornos de la Visión. La selección de los profesionales, estaba a cargo de la Universidad, los cuales eran becados por el Ministerio de Educación por dos años para la realización de dichos estudios. 

En la década de los años 70 se produce en Chile el mayor desarrollo de la Educación Especial. En 1974 el Dr. Luis Bravo Valdivieso, Coordinador del Programa de Educación Especial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, entregó un documento al Ministerio de Educación denominado “El fracaso Escolar Básico y sus Consecuencias en la Educación Salud y Economía”.  

El Ministerio de Educación creó la “Comisión Nº 18” con el propósito de realizar un estudio de la problemática de la Educación Especial en el país. Después de un año de trabajo, los resultados se expresaron en la creación de los siguientes proyectos: Elaboración de planes y programas de estudio; creación de los Grupos Diferenciales en las escuelas básicas (Decreto Nº 457/76) y liceos de educación regular (Decreto Nº 1861/79); dotación de las escuelas especiales con un gabinete técnico (Decreto Nº 911/77)  

El surgimiento del Principio de Normalización en los años 60, provoca a nivel internacional un cambio en la valorización social de las personas con discapacidad, poniendo énfasis en los procesos de integración y participación de estas personas en todas las esferas de la vida social y ciudadana. En la educación, esto significó un nuevo cambio en la forma de concebir la enseñanza de los niños con discapacidad, caracterizado por ir abandonando el enfoque rehabilitador para centrarse más bien en un marco principalmente educativo, que implica que los alumnos con y sin discapacidad se eduquen juntos, teniendo como referencia un currículum común.  

La instalación del principio de integración6 en el discurso educativo impactó profundamente a la EE al igual que la aparición y consolidación del concepto de necesidades educativas especiales, el cual aparece por primera vez en el informe Warnock (1978), en el cual se plantea que los fines de la educación son los mismos para todos los niños, niñas y jóvenes cualesquiera sean sus problemas y que por lo tanto la educación debe asegurar un continuo de recursos para dar respuesta a la diversidad de necesidades educativas de todos los alumnos de tal manera que éstos puedan alcanzar los fines de la educación8. 

En la década de los 80 se dictan por primera vez la mayoría de los decretos que aprueban planes y programas de estudio para la Educación Especial y Diferencial. A partir de 1983 comienza a visualizarse un cambio en el enfoque de la Educación Especial que promueve la vinculación de la Educación Especial con los diferentes niveles o modalidades que contempla el sistema educacional.  

Con el propósito de favorecer el acceso y permanencia de los alumnos con discapacidad en el sistema común, se dictaron las siguientes excepciones reglamentarias: evaluación diferenciada, exención de la evaluación acumulativa hasta en dos asignaturas y la exención de una asignatura.  

En 1989 se conformaron equipos de trabajo para elaborar los nuevos planes y programas de estudio para las distintas discapacidades, los que serían aprobados a principios del año 1990. Estos planes se realizaron con un enfoque centrado en el déficit, descontextualizado del currículum común.  

Por otra parte la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE.), dictada en marzo de 1990, no se pronuncia respecto del rol que debe jugar la Educación Especial como parte de la oferta educativa nacional, ya que en ella no se plantean estrategias y recursos educativos necesarios para dar respuesta a los alumnos con discapacidad en el marco del sistema regular ni especial. 

A partir de los años 90, Chile inicia el proceso de Reforma Educacional con el propósito de lograr una mayor equidad y calidad en la educación y se compromete en la realización de diversas acciones con el fin de modernizar el sistema educacional y garantizar respuestas educativas de calidad que contribuyan a la integración social de todos los niños y jóvenes de nuestro país. 

Sin embargo, la Educación Especial no fue considerada en esta Reforma. Una de las razones a la cual se puede atribuir esta situación es que no fue incluida en el informe de la Comisión Nacional para la Modernización de la Educación, realizada en 1994.  

Paralelamente a esta situación, desde 1990 en adelante, los establecimientos educacionales del país, integraban alumnos con discapacidad a escuelas y liceos regulares. Este proceso se vio fortalecido e incentivado con la promulgación del Decreto Supremo exento 490/90. En este documento, se establece por primera vez, normas que regulan la integración escolar de alumnos con discapacidad en establecimientos comunes. 

En el año 1994 se promulga la Ley sobre la Plena Integración Social de las Personas con Discapacidad, N° 19.284.  

En un esfuerzo por avanzar hacia el desarrollo de políticas de integración social, escolar, laboral en el país, durante los años 1995 - 1997 se llevó a cabo el “Master Universitario en Integración de Personas con Discapacidad” en convenio con la Universidad de Salamanca, el Ministerio de Asuntos Sociales y el Instituto Nacional de Servicios Sociales de España y el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones pedagógicas CPEIP del Ministerio de Educación de Chile. En esta formación participaron diversos profesionales de distintas organizaciones del estado, entre ellos profesionales de la EE del país quienes han influido en mayor o menor medida en el desarrollo de las políticas de estado para la integración de este colectivo. 

3.      La Educación Especial o Diferencial.

Esta modalidad constituye una especialización diferenciada e interdisciplinaria de la educación común, destinada a aquellos niños que en forma transitoria o permanente están obstaculizados para seguir el sistema educacional común. La Educación Especial y Diferencial no constituye una entidad segregada o independiente del sistema educativo general, por cuanto uno de sus objetivos principales es incorporar el niño lo más pronto posible a la educación común. 

La necesidad de la Educación Especial y Diferencial se origina en la desigualdad de características biológicas, psíquicas y socio-culturales que presentan los niños que ingresan a nuestro sistema escolar. Esta desigualdad no siempre es consecuencia de antecedentes patológicos o clínicos. Muchas veces, proviene de privaciones socioeconómicas y culturales que inciden directamente en el proceso educacional, manifestándose en las tasas de repetición, deserción y retraso pedagógico. Los niños con deficiencias físicas o psíquicas no pueden ser mantenidos indefinidamente en una estructura educacional separada, por muy perfecta que dicha estructura sea, ya que al final de una vida escolar paralela se les hará más difícil su integración a la vida social y laboral. En consecuencia, la Educación Especial y Diferencial se esfuerza en lograr la integración progresiva del niño a los grupos normales, e influir en éstos para que reciban al niño limitado como un integrante más de la comunidad. 

El principio rector de una política de Educación Diferencial debe ser el respeto a la dignidad humana de todo sujeto, independientemente del tipo y grado de déficit que presenta y la absoluta convicción de que esta condición humana, por sí misma, lo hace merecedor de cualquier esfuerzo que la sociedad deba realizar, para fomentar y favorecer su desarrollo integral y su incorporación al contexto cultural en que viven. 

Así, la Educación Diferencial debe concebirse como un sistema multidisciplinario abierto, flexible y dinámico, que atiende precoz e integralmente al individuo deficitario ofreciéndole todas las instancias educativas adecuadas a sus características y, además, extendiendo su acción al grupo familiar en particular y a la comunidad en general. 

La Educación Especial, es una modalidad del sistema educativo que desarrolla su acción de manera transversal en los distintos niveles educativos, tanto en los establecimientos de educación regular como en los establecimientos de educación especial, proveyendo un conjunto de servicios, recursos humanos, recursos técnicos, conocimientos especializados y ayudas, con el propósito de asegurar, de acuerdo a la normativa vigente, aprendizajes de calidad a niños, niñas, jóvenes y adultos con necesidades educativas especiales (NEE), de manera que accedan, participen y progresen en el currículum nacional en igualdad de condiciones y oportunidades (Ley General de Educación y Ley 20.422). Así, en la actualidad, cerca de 300.000 estudiantes que presentan NEE reciben subvención de educación especial, con la cual se espera responder a este gran desafío. 

4.      Las necesidades educativas especiales.

¿Que son las necesidades educativas especiales y/o N.E.E?
 
El concepto de NEE invita a centrarnos en la necesidad que presenta la persona en los distintos sistemas en los que se desenvuelve (familiar, escolar, laboral, socio-cultural) y en los apoyos que estos sistemas requieren, más que en la discapacidad, dificultad o trastorno propio del sujeto.

Una necesidad educativa especial surge "cuando un niño presenta algún problema de aprendizaje a lo largo de su escolarización que demande una atención específica y mayores recursos educativos de los necesarios para compañeros de su edad" (Marchesi 1990)  

Las NEE pueden ser de dos tipos:

a)      NEE Transitorias. Cuando las personas requieren de un apoyo especial durante cierto periodo de vida o proceso escolar. Si es brindado oportunamente, permitirá al sujeto seguir adelante sin necesidad de algún apoyo extra.

b)      NEE Permanentes. Por una discapacidad más severa o dificultad, las personas requieren de un apoyo a lo largo de toda su vida para poder realizar correctamente algunas actividades, sean escolares, laborales o del diario vivir. 

La tarea del educador diferencial es intervenir de manera directa en la mayoría de los casos, con el propósito de mejorar las condiciones del proceso, para que las personas atendidas logren aprendizajes significativos y mejoren su calidad de vida. 

 

"El desafío consiste ahora en formular las condiciones de una escuela para todos. Todos los niños y jóvenes del mundo tienen derecho a la educación, no son nuestros sistemas educativos los que tienen derecho a ciertos tipos de niños. Es el sistema escolar de un país el que hay que ajustar para satisfacer las necesidades de todos los niños" UNESCO, 1995, 28

 

 

BIBLIOGRAFÍA.
·         http://www.oei.es/quipu/chile/CHIL11.PDF
·         http://educadora-diferencial.blogspot.com/
·      http://www.mineduc.cl/usuarios/edu.especial/doc/201304151210180.doc_Antecedentes_Ed_Especial.pdf

 

 

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