DIRIGIDO A LOS PADRES
1) El niño con visión normal atiende en gran medida a la
estimulación visual. Piense usted en los móviles, figuras de colores y todo
tipo de estímulos alrededor de su cuna. Esos estímulos permiten que él
desarrolle una motricidad tratando de alcanzarlos. Pues bien, usted deberá
reemplazar lo visual por sonidos, olores, texturas, sabores. Deberá la familia
ocupar toda su creatividad para brindar al niño un espacio seguro pero muy
estimulante. No se conforme con lo auditivo. Una radio encendida todo el día
junto a un niño ciego puede hacerlo una persona apática y floja. Su hijo
necesita desarrollar todos los sentidos a través de la movilidad.
2) Instrúyase sobre el desarrollo psicomotriz del niño normal,
para que usted vaya comparando año a año el progreso y retrasos que su hijo
pueda experimentar. La ceguera debiera imponer sólo tres limitaciones:
desplazamiento, control del ambiente y adquisición de cultura. Pero cuando no
entregamos al niño una buena estimulación integral motriz, sensorial e
intelectual, experimenta limitaciones mayores. Una buena Estimulación Temprana,
brindada por la familia, con indicaciones del especialista en Educación de
Ciegos, la Educadora de Párvulos y el Médico Pediatra, posibilitarán un
desarrollo del niño ciego lo más cercano a lo normal.
3) Asegúrese si hay algún remanente visual en el niño, con
exámenes de distintos oftalmólogos. Si es capaz de percibir algo de luz y
sombra, es muy importante estimular ese remanente para que lo utilice, sin
dejar de estimular los otros sentidos. Al respecto lea lo que ha investigado la
Dra. Nataly Barraga.
4) Compre al niño juguetes sonoros, con texturas, con olores,
de colores muy vivos (si hay remanente visual). Permita que manipule todo tipo
de objetos, que se los lleve a la boca -es una forma de conocimiento de la
realidad que tiene el niño ciego-, que arme, desarme, inserte, etc. piezas de
rompecabezas, mecanos, collares. Eduque al resto de la familia en ello, para
que colaboren en su desarrollo.
5) Preocúpese del desarrollo de su lenguaje, conversando
permanentemente con el niño, explicándole lo que sucede a su alrededor.
Muéstrele las cosas, que conozca todos los objetos que le rodean. Es preciso
que ustedes como padres comprendan su situación, poniéndose en su lugar y
viviendo por algunos minutos la "ceguera". Por ejemplo él no podrá
saber lo que es una guitarra hasta no tocarla. Usted le tomará sus manos y
conducirá por todo el contorno de la guitarra, explicándole que está hecha de
madera, que tiene líneas curvas y líneas rectas. Le mostrará las cuerdas, el
clavijero y los distintos elementos del instrumento.
6) Intégrelo lo más luego posible a un grupo de niños normales.
Esto le obligará a enfrentar la realidad normal de la vida, la cual no es
segregada. Matricúlelo en un "jardín infantil" o centro de Educación
Preescolar de niños normales. Convérselo con la directora y educadoras del
establecimiento, convénzales que es lo mejor para la niña y además será una
experiencia educativa para los otros menores. ¿Por qué tenemos tantas
dificultades para relacionarnos con las personas con discapacidad? Pues, porque
no estamos habituados a convivir con ellos desde niños. Cualquier duda que
tengan, haga que se comuniquen con nosotros.
Esperamos
haberles sido útil y manténgannos al tanto de sus avances y dificultades. Ánimo
y optimismo en el desafío que como padres tienen por delante.
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